El modelo social basado en la promoción del consumo de bienes de un solo uso ha llevado a unas elevadas emisiones de CO2 a la atmosfera, propiciando el calentamiento global y al cambio climático.
Esta industrialización ha llevado también a un abandono del mundo rural, abandonando con él a los bosques. Los bosques se han duplicado en los últimos años y su masificación y estrés dificultan aún más la lucha contra el cambio climático y la capacidad de mitigar sus efectos.
Solo el 1% de los bosques del Pirineo se están gestionando actualmente de manera sostenible. Su capacidad de fijar CO2 se ve reducida, también su capacidad de retención de agua y perdida de biodiversidad es destacable. Debido a la alta carga de combustión, la probabilidad de que se produzca un incendio imparable y queme todo el Pirineo es muy alta.
Otro problema es la dificultad para encontrar empleo en el mundo rural, especialmente para las personas en riesgo de exclusión social.
El proyecto «Donem Vida al Bosc» pretende ayudar a revertir esta situación ambiental y social, ofreciendo servicios de gestión forestal sostenible en los bosques del Pirineo como vía de inserción de personas en riesgo de exclusión, especialmente aquellas con una discapacidad intelectual o trastorno de la salud mental.
Además, con los restos maderables, producimos energía verde en forma de biomasa (astilla) para las calderas de nuestra región, ayudando así a la descarbonización de la industria.
En los 13 años del proyecto se han gestionado más de 500 hectáreas, creado más de 50 puestos de trabajo para personas en situación de vulnerabilidad en el sector forestal, extraído más de 22.000 toneladas de madera que podrían ser combustible para incendios y de las cuales más de 10.000 se han transformado en biomasa forestal para las calderas de la región.
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