Es poco el tiempo que hace entró en uso el término ecoansiedad, pero son muchas las personas, sobre todo jóvenes, que la sufren. Entendemos por ecoansiedad la extrema preocupación por la crisis climática y, según un estudio de la universidad de Bath, la mayoría de los jóvenes la sufre.
Las circunstancias que se están viviendo a nivel mundial desde hace varios años han impulsado a la sociedad a poner el foco en la salud mental, tanto por la crisis económica como la sanitaria. La crisis climática también afecta a la salud mental, una gran parte de la población lleva décadas concienciada con la complicada situación a la que estamos empujando al planeta con el ritmo de producción y consumo al que nos hemos acostumbrado como sociedad. Hay pequeñas acciones que reducen levemente la huella de carbono y el impacto personal y se pueden realizar desde casa, pero para reducir la mayoría de emisiones es necesario un compromiso por parte de las industrias más contaminantes ya que, según el informe The Carbon Majors Database, publicado por Carbon Disclosure Project, el 71% de los gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera desde 1988 son responsabilidad de tan solo 100 empresas.
Los hábitos que se han ido adaptando para tratar de frenar el ritmo del cambio climático no aportan los resultados deseados, ya que las noticias respecto al tema son cada vez más alarmantes. El saber que la situación no va a mejorar, junto a la impotencia de no poder hacer nada más al respecto son el mix perfecto para que surja la ecoansiedad. El motivo por el que la mayoría de personas que sufren y hablan de la ecoansiedad son jóvenes es debido a las expectativas que impone la sociedad, las múltiples crisis que se han ido encadenando, así como el sentimiento de falta de acción por parte de los gobiernos e instituciones que cuentan con el poder para cambiar algo, lo que favorece que cada vez vean el cambio más lejano y piensen en su futuro como una incógnita sobre la que no tienen poder de cambio.
Para calmar la ecoansiedad es necesario recordar a quienes la sufren que la perfección no existe en ningún ámbito y siempre hay cosas que se escapan a nuestra capacidad, por lo tanto llevar a cabo pequeñas acciones dentro de lo que cada persona pueda aportar ya supone un cambio. También está bien recordar a los jóvenes que viven con ecoansiedad que no es su deber cargar con el peso de salvar el planeta y hay una infinidad de cosas que se escapan de su alcance. Haz lo que puedas, apoya en la medida que puedas a grupos u organizaciones cerca de ti y no sé consciente de tus limitaciones.