Los océanos ocupan más de dos tercios de toda la superficie de La Tierra, por lo que su estado y conservación son esenciales para la sostenibilidad de nuestro planeta. A pesar de la enorme importancia de los océanos, estos se encuentran bajo numerosas amenazas que ponen en peligro la supervivencia de miles de especies marinas. Algunas de estas amenazas se materializan en forma con la sobreexplotación pesquera, la pérdida progresiva de la biodiversidad o la contaminación oceánica.
Contaminación de los océanos
Según datos de WWF, más del 70% de la contaminación de los mares y océanos proviene de las actividades terrestres, desde microplásticos, pesticidas o vertidos de diferentes residuos contaminantes. Alrededor de 200 toneladas de plásticos acaban anualmente en los océanos de todo el mundo, la mayoría de ellos no son visibles en la superficie, sino que acaban formando parte de lo que llamaríamos microplásticos. Los microplásticos son pequeñas piezas de plástico de unos 5mm de diámetro que se dispersan y se encuentran en grandes cantidades en los mares y océanos, además de en las superficies terrestres.
Los vertidos de petróleo son una de las mayores amenazas, en términos de contaminación, de los océanos. Este combustible acaba muchas veces en el mar, como consecuencia de derrames o filtraciones involuntarias de los buques que transportan el crudo de un lugar a otro, pero estos vertidos también llegan al mar por los desagües de las ciudades, lo que supone un flujo de contaminación muy abundante.
Otra de las amenazas que acechan a los océanos son los vertidos de fertilizantes que proceden de explotaciones agrícolas o granjas. Estos vertidos producen un fenómeno conocido como eutrofización, que ocurre cuando el mar presenta nutrientes adicionales (esos que proceden de los fertilizantes) y provocan el florecimiento masivo de algas, lo que conlleva la desoxigenación de los océanos. Con la disminución del oxígeno, la fauna marina se ve amenazada, y acaba por desaparecer, como ha pasado hace poco en el Mar Menor.
Sobrepesca y explotación de los océanos
La comunidad científica ha sido unánime alertar sobre las graves consecuencias que la sobrepesca representa para nuestros océanos y costas. Cuando hablamos de sobrepesca nos referimos a la extracción de fauna y flora del mar a un ritmo que resulta excesivamente elevado para que estas especies puedan repoblarse de manera natural.
A partir de mitad del siglo XX, muchos países del mundo comenzaron a invertir grandes cantidades de dinero en hacer crecer su capacidad pesquera, con el propósito de mejorar la disponibilidad y conseguir abaratar los productos pesqueros para garantizar su accesibilidad a los consumidores. Sin embargo, estas grandes flotas acabaron practicando una pesca que puede considerarse como agresiva, haciendo uso de métodos sofisticados, a la par que arrolladores, para extraer cada vez más peces en menores lapsos de tiempo.
La práctica de la pesca indiscriminada ha mermado grandes poblaciones de la fauna marina, pero también de flora oceánica. Por ejemplo, los arrecifes de coral son muy vulnerables a la sobrepesca. Según National Geographic, los peces que se alimentan de plantas son los que logran mantener el equilibrio de los ecosistemas, comiendo algas o manteniendo los corales sanos y limpios. La masiva pesca de estos peces herbívoros merma su población, por lo que acaba produciendo la paulatina destrucción de los arrecifes, lo que los hace más susceptibles a procesos como la contaminación o el cambio climático.
También algunos tipos de pesca, como la de arrastre, pueden destruir los corales cuando estos se encuentran muy debilitados. Este tipo de pesca se caracteriza por lanzar grandes redes al mar para capturar la pesca del día, sin embargo, estas redes arrasan con todo lo que encuentran a su paso, por lo que además de disminuir sustancialmente la población de los peces objetivo, también afectan al resto de la fauna de los océanos. Por ejemplo, es habitual que estas redes también arrastren tortugas marinas, delfines, aves marinas e incluso tiburones.
¿Podemos parar esto?
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 14: vida submarina, se centra especialmente en el cuidado y la preservación de los océanos. Tal y como señalan las Naciones Unidas: “Proteger nuestros océanos debe seguir siendo una prioridad. La biodiversidad marina es vital para la salud de las personas y de nuestro planeta. Las áreas marinas protegidas se deben gestionar de manera efectiva, al igual que sus recursos, y se deben poner en marcha reglamentos que reduzcan la sobrepesca o la contaminación marina”.
Luchar contra la contaminación de las aguas de los océanos y la sobrepesca pasa por la concienciación de los gobiernos y las instituciones de todos los países del mundo. Acabar con estas prácticas nocivas requiere de una seria propuesta internacional de normativas reguladoras que prohíban, y penalicen, la contaminación indiscriminada de las aguas y la sobrepesca de las especies marinas.
El progreso de las nuevas tecnologías, y el desarrollo de estas, ha ido ampliando el abanico de posibilidades de colaboración ciudadana para llevar a cabo acciones solidarias. En los últimos años, hemos comprobado como el cuidado del medio ambiente se ha convertido en una enorme preocupación particularmente para las generaciones más jóvenes.
Según el ‘Informe Juventud España 2020’, elaborado por INJUVE a jóvenes adultos, con edades comprendidas entre 14 y 29 años, el 76% de los encuestados se muestra más preocupado y sensibilizado ante las políticas y actitudes medioambientales.
Como consecuencia de esta situación, han sido numerosas las aplicaciones y portales web que se han desarrollado para poder llevar a cabo acciones colectivas en busca de mejorar el planeta en el que vivimos. Aquí os dejamos cuatro aplicaciones en las que podréis encontrar ideas para cuidar el medio ambiente, y compartirlo con vuestr@s amig@s y conocid@s.
En sus inicios, esta aplicación buscaba ayudar a conseguir y mantener niveles saludables de concentración y desconexión virtual. Así, mientras la aplicación estaba en activo, iba creciendo un bosque virtual, con diferentes árboles y plantas. Si el usuario hacía uso de su dispositivo para acceder a otras apps, los árboles morían y el bosque desaparecía. En relación a la cantidad de tiempo en el que se consiguiese mantener la concentración, cada usuario podía ir acumulando monedas virtuales. Esta iniciativa, que a priori no tenía un impacto real en el medio ambiente, se ha ido convirtiendo en una acción que ha traspasado la pantalla y ha conseguido plantar más de 400.000 árboles reales, pero, ¿cómo?
Los usuarios de esta aplicación han colaborado con la organización Trees for the Future, que se dedica a plantar árboles en zonas que han sido pasto de la deforestación masiva. Así, de los 145 millones de árboles que ha plantado la organización, casi medio millón han surgido de esta app, en la que los usuarios han habilitado la opción de desvirtualizar su acción y conseguir reforestar grandes parcelas de territorio.
Mediante esta aplicación podemos conseguir un dispositivo electrónico que, al conectarlo a un enchufe y mediante el uso de conexión Wifi, va realizando reportes de información acerca del consumo eléctrico de cada hogar. Así, en nuestro Smartphone nos podrán llegar informes de nuestro consumo energético y alertas en el caso de que hayamos superado los límites de consumo que hayamos configurado previamente. Así nos aseguramos de consumir de manera más eficiente y sostenible, además de controlar la factura de la luz.
Esta aplicación busca que los usuarios puedan acceder a un gran número de acciones enfocadas a la sostenibilidad siguiendo el principio de las 4R: “Reutilizar lo que puedas, reciclar lo que no, reducir lo que tienes, rechazar lo que no necesitas”.
Mediante un sistema de tareas, como no usar ascensores, hacer uso de medios de transporte público o consumir productos de segunda mano, el usuario puede ir marcando todos aquellos hitos que vaya consiguiendo. También se proponen una serie de tips y consejos para llevar un día a día más sostenible.
En esta app, promovida por el Gobierno de España, el CSIC y el Real Jardín Botánico, aparecen imágenes didácticas e información útil sobre miles de especies herbáceas y arbóreas de la Península Ibérica y las Islas Baleares.
Los usuarios pueden aprender a reconocer especies autóctonas, instruirse sobre el cuidado de los árboles o la protección de los espacios naturales. Con un lenguaje que va a caballo entre la rigurosidad científica y las explicaciones sencillas, el usuario es capaz de aprender todos los detalles sobre las miles de especies que aparecen en la aplicación. Es muy útil para aprender sobre la naturaleza y las distintas formas en las que podemos protegerla.
Fuentes: Gobierno de España, CSIC, Infobae e INJUVE.