¿Qué es la salud ambiental y por qué has de preocuparte por ella?Celebramos el Día Mundial de la Salud Ambiental un año más destacando las razones por las que hacer un voluntariado vinculado a la naturaleza y al cuidado del medio ambiente. Descubre las claves sobre este día y a qué iniciativas puedes unirte para colaborar con las ONG dedicadas a la acción y cuidado medioambiental.
Cada 26 de septiembre recordamos la importancia del Día Mundial de la Salud Ambiental, un día establecido mundialmente por la Federación Internacional de Salud Ambiental (IFEH) con el objetivo de concienciar sobre la importancia de un entorno saludable para el bienestar humano y del planeta.
¿Conoces ya qué es la salud ambiental?
La definición de la OMS hace referencia al estudio, prevención y control de factores ambientales y del entorno que puedan influir en los seres vivos, afectar la salud de las personas y los ecosistemas. Esto incluye elementos como la calidad del aire, el agua, los alimentos, la exposición a productos químicos tóxicos, el cambio climático, la biodiversidad…
Este recordatorio global nos conciencia sobre los vínculos entre la salud humana y factores ambientales como la contaminación, el cambio climático y el acceso a recursos naturales limpios. Cientos de organizaciones y ciudadanos/as activistas de todo el mundo trabajan por sensibilizar a la población, instituciones o empresas sobre esta relación, buscando impulsar la acción ciudadana para mejorar las condiciones ambientales, prevenir enfermedades y promover la sostenibilidad.
Proteger y mejorar la salud humana es también conservar y cuidar el entorno natural.
Por eso, te animamos a que te unas a este movimiento y aprendas sobre salud ambiental a través del voluntariado. El voluntariadoes una manera única de ver de primera mano el impacto positivo en el medio ambiente a la vez que sembrar las semillas por un futuro más sostenible.
¿Necesitas más motivos? Te dejamos 5 razones por las que hacer un voluntariado relacionado con el medio ambiente y la naturaleza:
Crea un impacto positivo en tu entorno: Mejora los espacios que te rodean, dejando tu entorno más limpio y sostenible. Limpiar playas, recogidas de basura, plantación de árboles, cuidado de parques y mantenimiento de áreas verdes son algunas de las acciones que fomentan una mejor calidad del agua, aire y naturaleza de nuestra comunidad
Amplía tus conocimientos y aprendizajes: El voluntariado es una forma de concienciarse, educarse y en consecuencia convertirse en un agente de cambio para sensibilizar a otras personas en el cuidado de la salud ambiental. Ampliar tus conocimientos y así saber actuar de una manera más consciente en la preservación del planeta es un aprendizaje esencial para lograr un futuro sostenible.
Desarrollo personal: El impacto personal está fuertemente ligado a la labor medioambiental que vas a realizar. Trabajarás con otras personas con intereses afines por una misma causa, además de realizar acciones enfocadas en generar una repercusión positiva en la calidad de vida de otras personas y ecosistemas.
Más allá del medio ambiente: Como decíamos, la salud ambiental y el cuidado del medioambiente están relacionados con muchos aspectos de la vida, como la desigualdad o la pobreza. En buena parte del mundo, la pobreza está directamente relacionada con el acceso a los recursos naturales, el uso que se hace de los mismos y la calidad del medio ambiente. Si logramos generar una conciencia global y local consecuente en torno a la utilización de estos recursos, podremos llegar a influir sobre los índices de pobreza en determinadas zonas que dependen directamente de ellos.
Conecta con la naturaleza de formas inesperadas: El voluntariado en conexión con la naturaleza beneficia también a nuestra propia salud física y mental. Sin embargo, una de las grandes ventajas del voluntariado es que se adapta a diferentes e inesperadas vías de colaboración. Más allá de actividades de reforestación, limpieza o de recogida de residuos (fundamentales también), también podrás actuar por el clima desde la sensibilización (talleres, charlas), la educación (estudios y su difusión), el desarrollo de proyectos o diseño de estrategias.
¡Elige ya tu voluntariado!
Desde Hacesfalta.org encontrarás varias áreas desde las que acceder a las actividades de voluntariado. La principal es la categoría de voluntariado de Medio ambiente.
¡Comparte tus propias ideas e iniciativas medioambientalesen Acción por el Clima!
Acción por el Clima, busca ser un espacio para que ciudadanos y ONG compartan información, debatan y actúen sobre la crisis climática. Esta herramienta digital tiene como bandera fomentar la creación de acciones respetuosas y comprometidas con el cuidado del medioambiente.
Solo tienes que registrarte como nuev@ usuari@. Desde aquí, podrás publicar todas aquellas actividades y eventos relacionados (acciones, encuentros, formaciones, manifestaciones, intervenciones…) que sepas que van a tener lugar en los próximos días, semanas o meses, así como informarte de todas las acciones que estén compartiendo el resto de usuari@s.
De esta forma, el mapa de acciones que ponemos a vuestra disposición, servirá tanto de punto referencia para conocer todo lo que se está haciendo a nivel activismo y movilización por el cambio climático, al mismo tiempo que de repositorio para numerosas iniciativas que puedan valer de inspiración y motivación para ser recreadas en otras partes del mundo.
Una hora se dice fácil y parece poco, pero, ¿qué pasa si sumamos una hora dedicada de millones de personas alrededor del mundo? Esta es la propuesta de WWF, que con la iniciativa global “La hora del Planeta”, ha movilizado a millones de personas en 200 países del mundo.
Esta iniciativa, nacida en 2007, busca concienciar a la población mundial sobre el cambio climático, invitando a individuos, gobiernos y empresas a apagar la luz por una hora.
El pasado sábado 26 de marzo, toda España quedó en penumbra, gracias a la solidaridad de ayuntamientos, empresas particulares e individuos que, un año más, se han sumado a La hora del Planeta.
La organización, a través del sitio web de la iniciativa, https://horadelplaneta.wwf.es/ ha reportado que este año se apuntaron 514 ayuntamientos en España, así como cerca de 130 empresas y 126 organizaciones alrededor del país, lo que supera gratamente la participación de otros años.
Entre los monumentos más emblemáticos que apagaron sus luces a las 20:30 horas del sábado en la capital española, se encuentran el cartel de Schweppes de Gran Vía, el de Tío Pepe en Sol, la Puerta de Alcalá y la plaza de Cibeles. En otras ciudades de España, también las catedrales vieron apagar sus luces, tales como, la Catedral de Burgos y la Catedral de Valencia. No se quedaron atrás emblemas turísticos, como las Casas Colgantes de Cuenca y la Sagrada Familia de Barcelona.
Empresas como Inditex, Tetra Pak, Leroy Merlin, Sanitas, Mahou-San Miguel, Coca–Cola, entre otras, también se sumaron a la dinámica, mostrando su compromiso e interés por el bienestar del planeta.
Como medida adicional antes del gran apagón, la WWF implementó en su web un “Banco de Horas”, a través del que invitaron a la ciudadanía a dedicar 60 minutos a una actividad sostenible y positiva, ofreciendo ideas sobre actividades que contribuyen a cuidar el planeta, a través de la cual se llegaron a registrar hasta 2.865 horas dedicadas a la naturaleza.
60 minutos parecen insignificantes, sin embargo, son suficientes para demostrar nuestro compromiso e interés por el bienestar del planeta y, poco a poco, volvernos parte del cambio en pro del medio ambiente.
Llega el Día Mundial del Clima, un crucial recordatorio que cada año cobra más relevancia ante la urgencia climática que vivimos. Sequías, temperaturas extremas, contaminación, vertidos tóxicos… desafíos ambientales que apremian la creación de soluciones sostenibles. Como ciudadanos/as, podemos hacer de esta situación un planeta un poco mejor, te contamos cómo pasar a la acción por el clima.
La crisis medioambiental no es una noticia reciente, de hecho es un fenómeno científicamente demostrado agravado con los años que lleva produciéndose desde hace décadas. Sin embargo, a medida que pasan los años, tan solo cobra mayor urgencia y requiere su total atención. Por eso, el Día Mundial del Clima, instaurado en 1992 en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, es una indispensable llamada a la acción – y llamada de atención – a gobiernos, órganos de poder, empresas y ciudadanía.
Un fenómeno que afecta a todas las personas que habitamos el planeta, aunque no por igual, ya que impacta especialmente a aquellas que se encuentran en países en desarrollo o en situación de pobreza, y que por tanto demanda una respuesta colectiva.
Intervenir, paliar y afrontar el cambio climático que estamos experimentando es una prioridad para llegar a un modelo de vida sostenible. Y, aunque la necesidad de aplicar los grandes cambios y regular el consumo y explotación de recursos actuales recae en los líderes mundiales, como ciudadanos y ciudadanas podemos también tomar acciones para generar un impacto positivo en el medio ambiente.
El catastrofismo climático puede provocar que dar un primer paso se haga inabarcable o abrumador y te haga preguntarte: ¿por dónde empezar? La respuesta es que la toma de medidas individuales y en comunidad por el cuidado del planeta es esencial, asequible y eficaz. Te contamos cómo.
Acción por el Clima: una plataforma para organizar tus propias iniciativas medioambientales en colaboración con la ciudadanía
Toda contribución, acción, idea, iniciativa y actividad destinada a preservar el medioambiente en el día a día, por pequeña que nos parezca, es fundamental.
Alineado con este pensamiento, creamos la plataforma deAcción por el Clima, que busca ser un espacio para que ciudadanos y ONG compartan información, debatan y actúen sobre la crisis climática. Esta herramienta digital tiene como bandera fomentar la creación de acciones respetuosas y comprometidas con el cuidado del medioambiente.
¿Qué acciones se publican en Acción por el Clima? ¿Quién puede unirse?
Todo el mundo puede ver y participar en las actividades publicadas. Algunas son de manera presencial, otras invitan a la participación online, y todas están destinadas a la acción en comunidad.
¡Tú misma/o puedes poner en marcha tus ideas e iniciativas medioambientales! Solo tienes que registrarte como nuev@ usuari@. Desde aquí, podrás publicar todas aquellas actividades y eventos relacionados (acciones, encuentros, formaciones, manifestaciones, intervenciones…) que sepas que van a tener lugar en los próximos días, semanas o meses, así como informarte de todas las acciones que estén compartiendo el resto de usuari@s.
Desde Hacesfalta.org y Acción por el Clima, daremos voz a tus iniciativas desde nuestros diferentes canales. Aquí puedes ver todas las acciones publicadas a través de nuestra plataforma.
De esta forma, el mapa de acciones que ponemos a vuestra disposición, servirá tanto de punto referencia para conocer todo lo que se está haciendo a nivel activismo y movilización por el cambio climático, al mismo tiempo que de repositorio para numerosas iniciativas que puedan valer de inspiración y motivación para ser recreadas en otras partes del mundo.
Las posibilidades son numerosas, variadas, y te darán ese empujón que necesitas para pasar a la acción por el clima de la mano de personas con intereses afines, trabajando por un fin común y valores compartidos. El voluntariado y acción en comunidad es enriquecedor y necesario para un planeta más sostenible, no pierdas la ocasión y descubre cómo formar parte de la solución.
Te animamos a que sumes, difundas y tomes acciones por el clima de la mano de una comunidad en búsqueda de un futuro sostenible para todxs.
¡Únete a Acción por el Clima!
El vertido de pellets de plástico que ha afectado a las costas de Galicia, Asturias, Cantabria y Euskadi se ha convertido en una nueva emergencia medioambiental. La llamada a la acción ciudadana ha sido inmediata, y numerosas entidades, grupos de ciudadanos, vecinos y amigos se han lanzado a las playas del norte para comenzar las actividades de recogida y limpieza.
En este post recogemos las claves sobre el despliegue de acciones ciudadanas llevadas a cabo por ONG, cuentas informativas en redes socialeslideradas por la ciudadanía con acciones, consejos de recogida y limpieza para que puedas difundir, colaborar y amplificar los esfuerzos para combatir esta emergencia climática.
Tras el hundimiento de más de 26 toneladas de pellets en aguas portuguesas, hemos visto cómo llegaban oleadas de plástico a las costas del norte de España, provocando un desastre ecológico de graves consecuencias para los ecosistemas marinos. Para combatir la contaminación masiva de las playas afectadas y proteger el medioambiente de las costas que están sufriendo tras el vertido, la población ciudadana se ha movilizado en sus esfuerzos por atender a esta crisis ante la indecisión y tardanza de los gobiernos en dar una respuesta efectiva.
Diferentes organizaciones, asociaciones, grupos de amigos y vecinos, cuentas en redes sociales, y más están organizando actividades de limpieza, así como difundiendo información de utilidad sobre la situación en las zonas más perjudicadas en las que hay que concentrar los esfuerzos de recogida de pellets y plásticos que van trayendo las mareas.
Además de compartir información actualizada sobre la crisis en las costas, estas entidades y cuentas comparten consejos para la correcta limpieza y gestión: desde utensilios para la recogida y equipamiento recomendado para protegerse de las sustancias tóxicas, hasta dónde depositar los plásticos recogidos de las playas para su desecho.
Descubre cómo ayudar, conoce de primera mano la situación, las necesidades y riesgos que conlleva, qué significa para la futura sostenibilidad del ecosistema afectado, y cómo se está movilizando la ciudadanía. ¡Sigue, comparte e infórmate!
Centrada en promover y fomentar el estudio y defensa del equilibrio ecológico de Galicia, ADEGA trabaja por asegurar unas condiciones adecuadas para el desarrollo integral de la población y el medio.
Actualmente, están organizando una serie de acciones fundamentales para dar una respuesta coordinada a esta crisis: desde limpiezas formativas de voluntariado para la retirada de pellets en las playas, hasta recomendaciones para las personas voluntarias, o pautas concretas sobre qué hacer (y qué no) antes, durante y después de la limpieza. Puedes también seguir de cerca todas estas acciones desde su Instagram.
Un grupo de voluntarios y voluntarias de Cantabria que dedican parte de su tiempo libre a luchar contra la basura que ensucia los entornos naturales del pueblo de Castro Urdiales y sus alrededores.
Puedes sumarte a sus acciones de cuidado medioambiental, conocer los materiales de concienciación sobre voluntariado medioambiental a través de su página web o seguirles en Instagram donde publican información de gran valor acerca de la contaminación de plásticos y las actividades de recogida en grupo. ¡Únete!
Quizás ya te has encontrado en redes sociales vídeos, contenidos informativos y de actualidad o publicaciones de la cuenta de @noialimpa, una organización que, a través de diversas iniciativas, como las salidas de limpieza, contribuyen a un medio ambiente más limpio y saludable. Su misión es reducir la contaminación ambiental y regenerar espacios degradados por la basura.
En su web encontrarás un espacio dedicado exclusivamente a recoger información actualizada sobre el vertido de pellets en el litoral gallego. Aquí se recogen datos diarios sobre las diferentes playas afectadas, convocatorias de jornadas de limpieza, y cantidades de pellets acumulados.
No te pierdas su Instagram, donde publican diariamente información esencial sobre las actividades de recogida, como guías para apuntarte a buscar pellets, cómo afecta esta crisis a los ecosistemas locales, dónde depositar los plásticos y pellets correctamente, vídeos informativos sobre la situación, y muchísimo más contenido de valor. ¡Sigue a @noialimpa aquí!
La Asociación de profesionales ambientales ofrece un punto de encuentro y defensa de intereses de los profesionales del sector medioambiental. Su principal objetivo es el conocimiento, divulgación y la puesta en valor de las buenas prácticas ambientales de empresas, instituciones o personas. En su web encontrarás noticias de actualidad ambiental, proyectos que llevan a cabo, voluntariado y recursos relacionados. Los encontrarás en redes aquí.
La ciudadanía actúa en las playas y en las redes
Además de las acciones coordinadas por las ONG, a las cuales se han unido ciudadanos y ciudadanas de diferentes puntos del norte de España que se han visto afectados, son lxs propios grupos de amigos, vecinos y jóvenes que se han lanzado tanto a las playas como a las redes para contar lo que está sucediendo y hacer su aportación por el medio ambiente. Cuentas como @lixo.atelier, @noialimpa en Instagram no solo se hicieron eco del vertido de pellets sino que viralizaron esta crisis en las costas del norte – al igual que influencers como Xurxo Carreño (@xurxocarreno) o @Blondiemuser en TikTok, que se unen a las anteriores – para concienciar sobre el problema y movilizar a jóvenes y mayores.
Desde las redes, cuentas como estas muestran consejos que van desde cómo hacer una caja de cribado para recoger pellets o cómo fijarse en las olas y mareas para saber identificar los pellets de plástico, quedadas para limpiar playas afectadas, o sensibilizar acerca de los riesgos medioambientales que enfrentamos.
Difunde tu mensaje, organiza tus propias iniciativas y pasa a la Acción por el Clima desde nuestra plataforma
Toda contribución, acción, idea, iniciativa y actividad destinada a preservar el medioambiente en crisis como la que nos encontramos con el vertido de pellets o en el día a día, por pequeña que nos parezca, es fundamental.
Alineado con este pensamiento, creamos la plataforma deAcción por el Clima, que busca ser un espacio para que ciudadanos y ONG compartan información, debatan y actúen sobre la crisis climática. Esta herramienta digital tiene como bandera fomentar la creación de acciones respetuosas y comprometidas con el cuidado del medioambiente.
Desde Hacesfalta.org y Acción por el Clima, daremos voz a tus iniciativas desde nuestros diferentes canales. Solo tienes que registrarte como nuev@ usuari@. Desde aquí, podrás publicar todas aquellas actividades y eventos relacionados (acciones, encuentros, formaciones, manifestaciones, intervenciones…) que sepas que van a tener lugar en los próximos días, semanas o meses, así como informarte de todas las acciones que estén compartiendo el resto de usuari@s.
De esta forma, el mapa de acciones que ponemos a vuestra disposición, servirá tanto de punto referencia para conocer todo lo que se está haciendo a nivel activismo y movilización por el cambio climático, al mismo tiempo que de repositorio para numerosas iniciativas que puedan valer de inspiración y motivación para ser recreadas en otras partes del mundo.
¡Te invitamos a que sumes, difundas y tomes acciones por el clima!
Fotografía de: Jorge Peteiro. EP.
¿Quieres unirte a grandes y pequeñas iniciativas que marcan un gran cambio? ¿Te gustaría poner tus ideas y proyectos medioambientales en marcha pero buscas apoyo? En este Día Internacional contra el Cambio Climático te proponemos pasar a la acción desde nuestra plataforma Acción por el Clima, un espacio común que da las herramientas para hacer frente junt@s a esta crisis ecológica y climática.
Antes de nada.. ¿Qué hacemos desde Acción por el Clima?
Acción por el Clima es una plataforma creada para poner la tecnología a disposición de la lucha contra la crisis climática y ecológica. Este espacio libre, gratuito y participativo busca consolidarse como una herramienta útil para el activismo y la movilización medioambiental.
El objetivo principal de este proyecto es fomentar la participación ciudadana en la vida real a través de la interacción por el medio digital: creando, compartiendo y sumándose a acciones que se estén llevando a cabo en todo el mundo.
La situación en la que nos encontramos está siendo una prueba de fuego para la consecución de la sostenibilidad. En el año 2020 se produjo el primer retroceso global, desde la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2015, una tendencia se ha mantenido desde entonces. La crisis sanitaria y económica a causa de la pandemia provocada por la expansión de la COVID-19, sumado al riesgo geopolítico, han causado que la agenda 2030 de sostenibilidad se vea afectada gravemente.
Ante esta realidad surge Acción por el Clima, una iniciativa que pretende servir de lugar común para interconectar a personas, organizaciones e iniciativas en todos aquellos lugares donde se estén tomando medidas y se estén llevando a cabo acciones para enfrentar la crisis climática junt@s. Esta plataforma nace con la intención de servir a todas aquellas personas que decidan formar parte de este movimiento, de herramienta libre y gratuita para organizarse, informarse y tejer redes que ayuden a impulsar un cambio verdadero.
¿Cómo funciona y cómo puedo unirme?
Para poder publicar y compartir tus acciones en Acción por el Clima, solo tienes queregistrarte como nuev@ usuari@. Desde aquí, podrás publicar todas aquellas actividades y eventos relacionados (acciones, encuentros, formaciones, manifestaciones, intervenciones…) que sepas que van a tener lugar en los próximos días, semanas o meses, así como informarte de todas las acciones que estén compartiendo el resto de usuari@s.
De esta forma, el mapa de acciones que ponemos a vuestra disposición, servirá tanto de punto referencia para conocer todo lo que se está haciendo a nivel activismo y movilización por el cambio climático, al mismo tiempo que de repositorio para numerosas iniciativas que puedan valer de inspiración y motivación para ser recreadas en otras partes del mundo.
Además, este espacio cuenta con los apartados “Clima Info” y una sección de stories (en el home de la página) donde iremos compartiendo toda aquella información y contenidos que puedan ser de interés o relevancia.
¿Qué hay de nuevo?
Hemos reunido un equipo con el que dinamizar la plataforma y manteneros informad@s de todas las novedades, iniciativas, actividades, proyectos e ideas que podáis participar o crear, así como dar voz a vuestros propios proyectos, amplificando juntos el activismo por el clima.
Síguenos en @AccionxClima_ tanto en Instagram como en Twitter, donde se vienen nuevas noticias y cambios que estamos desarrollando, siempre en colaboración y escucha activa de los ciudadan@s que hacéis posible estos proyectos.
A día de hoy es innegable que la mayoría de personas pasa gran parte de su tiempo frente a pantallas y, en el caso de la gente joven, el uso de las redes sociales consume una cantidad de tiempo que no para de crecer.
Es importante que, dentro de las redes sociales, las personas que llegan a una gran audiencia hablen de temas actuales y relevantes tanto para la sociedad como para el planeta, no sólo de sus vidas, viajes y productos que les envían las marcas.
Cada vez son más los jóvenes que suben a sus plataformas contenido denunciando la situación crítica que está sufriendo nuestro planeta. Hay personas influyentes de todo el mundo y de todas las profesiones, con más o menos seguidores, pero el punto en común es su preocupación por los cambios que se deben hacer antes de que sea demasiado tarde para salvar el medio ambiente. En España una de las influencers más relevantes a la hora de hablar de veganismo, las empresas cárnicas, su contaminación y las consecuencias que esto causa al planeta es Carlota Bruna, que gracias a su implicación ha llegado a formar parte del Pacto Europeo por el Clima. Esta barcelonesa, estudiante de Nutrición y Dietética, emplea su Instagram como punto de información sobre su estilo de vida, formas de reducir plástico y opciones que ayuden a frenar el cambio climático.
Cada vez más personalidades de todos los sectores se posicionan a favor del planeta, subiendo a sus redes noticias y tips para mejorar el mundo en el que vivimos, haciendo que ese mensaje llegue a un número de personas que de otra manera no sería posible. Un ejemplo de esto es el actor y modelo Martiño Rivas, así como la también actriz Carolina Yuste o Georgina Amorós. Puede parecer que subir una foto invitando a sus followers a recoger los plásticos que encuentren en las playas o montañas que visitan, o a informarse sobre el cambio climático y lo que pueden hacer para evitarlo, son actos sin relevancia. Sin embargo, el hecho de que alguno de los seguidores de estas personas lo lea y se lo transmita a su entorno supone un gran avance, más aún teniendo en cuenta la relevancia pública de muchos de estos influencers.
A nivel internacional, hay varias modelos muy relevantes que hacen un esfuerzo, y en su día a día sacan momentos para hablar a sus seguidores de las posibles mejoras que están en sus manos. Blanca Padilla e Inka Williams son dos ejemplos de mujeres que luchan por conservar el planeta y ponen sus redes como escaparate de lo que sucede.
La mayoría de personas mencionadas en este artículo tienen secciones destacadas en sus perfiles para informar sobre el problema del plástico, la industria del fast fashion, la contaminación, cómo adoptar estilos de vida sostenibles y el conscious living. Cambiar nuestros hábitos y seguir a personas que defienden el cuidado del planeta y que hagan esfuerzos por tratar de frenar la crisis climática puede parecer una acción poco relevante, pero si cambiamos el contenido que consumimos a diario, podemos llegar a cambiar hábitos y rutinas.
Para entender la relevancia de la crisis climática en la actualidad y llegar a comprender la importancia que ha ido adquiriendo con el paso del tiempo habría que hacer un repaso por la historia y conocer las primeras manifestaciones que tuvieron lugar.
Las movilizaciones que vamos a nombrar a continuación sientan las bases del ambientalismo contemporáneo, son los primeros pasos que se dieron para proteger el planeta. A pesar de que fue en 1977 cuando la ONU decidió que el 5 de junio sería el Día Mundial del Medio Ambiente, las luchas ambientalistas comenzaron mucho antes.
Río Tinto, la primera manifestación medioambiental española
En 1988, en Huelva, cientos de obreros y sus familias decidieron hacerle frente a una empresa británica minera que trabajaba en la zona y que provocaba con su actividad gases de ácido sulfúrico que intoxicaban los pulmones de sus trabajadores, envenenaban al ganado y destruían las cosechas. Lo que empezó como una protesta pacífica para reclamar unas condiciones laborales y sanitarias dignas, y una denuncia por el daño medioambiental generado con su actividad, terminó siendo una tragedia, al ser disuelta con violencia por el ejército que acabó con la vida de 200 civiles.
Aunque algunos periodistas se hicieron eco de los hechos, este episodio fue eliminado de la historia hasta los años ochenta. La quema de materiales tóxicos al aire libre continuó hasta 1907, pero lo ocurrido en Río Tinto supuso un antes y un después en las manifestaciones a favor del medio ambiente.
En defensa de las ballenas
En la década de los setenta, Greenpeace comenzó su activismo para lograr la prohibición de la caza de ballenas, fue entonces cuando fotografías en las que un grupo de activistas se interponía entre los barcos cazadores y los cetáceos se hicieron populares.
En junio de 1980 uno de los barcos de Greenpeace, el Rainbow Warrior I, fue capturado por la Armada Española, por tratar de impedir las actividades de los balleneros gallegos. No obstante, en España no se dejó de cazar ballenas hasta 1986, año en el que entró en vigor la moratoria establecida por la Comisión Ballenera Internacional.
Septiembre de 2019: millones a favor del medio ambiente en más de 150 países
Las manifestaciones más concurridas de la historia, se dieron al menos en 150 países. La prensa internacional calculó que el día 27 de septiembre de 2019 se manifestaron dos millones de personas alrededor de todo el mundo, si a estas cifras les sumamos la asistencia a la manifestación del día 20, el total asciende hasta los seis millones de personas concentradas luchando por frenar el cambio climático.
Aquella fue la Semana Global para el Futuro, con el objetivo de manifestarse por todo el planeta para reclamar a los líderes mundiales acciones eficientes contra el calentamiento global. Dos meses después se llevó a cabo la COP25. A partir de ahí, Greta Thunberg y el movimiento de Fridays for Future se convirtieron en un fenómeno mediático medioambiental sin precedentes.
AIDA LÓPEZ CAMPO
Un informe reciente publicado por la Organización Mundial de la Salud advierte de que durante los dos últimos años de la pandemia por la COVID-19 se han generado 87.000 toneladas de residuos sanitarios.
La emergencia sanitaria hizo que de forma repentina tuviésemos que integrar en nuestra rutina el uso de elementos como las mascarillas. Aproximadamente 87.000 toneladas de equipos de protección personal (EPP) fueron adquiridos entre marzo de 2020 y noviembre de 2021 y enviados para atender las necesidades de los países por la COVID-19, a través de una iniciativa conjunta de las Naciones Unidas para situaciones de emergencia. La mayor parte de estos equipos acabarán convertidos en desechos una vez utilizados.
Y esto no es lo más alarmante. Los autores de este estudio añaden que se han enviado más de 140 millones de kits de pruebas, que podrían generar 2.600 toneladas de desechos no infecciosos (principalmente plástico) y 731.000 litros de desechos químicos (el equivalente de una tercera parte de una piscina olímpica), y que se han administrado más de 8.000 millones de dosis de vacunas a nivel mundial, lo que ha generado 144.000 toneladas de desechos adicionales en forma de jeringas, agujas y contenedores de seguridad.
La premura por ofrecer herramientas que solventasen el problema sanitario, hizo que la sostenibilidad pasara a un segundo plano. Ya lo advirtió el Director Ejecutivo del Programa de Emergencias de la OMS, Michael Ryan, era «absolutamente esencial» proporcionar a los trabajadores de la salud el equipo adecuado, pero también es imprescindible que estos equipos puedan utilizarse de forma segura, evitando el impacto medioambiental en los entornos cercanos.
¿Cuál es la solución entonces? En este informe se plantean una serie de recomendaciones como un uso «racional» de los equipos de protección, el reciclaje de los mismos y utilizar embalajes más sostenibles, reduciendo el uso de plásticos y el volumen de los mismos.
Por ejemplo, las mascarillas y los guantes suelen venir envueltos en packs de plástico. Este estudio propone apostar por los envases de cartón y así reducir la emisión de gases. Asimismo, apuestan por la reducción del uso de las mascarillas de una única vida. Existen opciones más sostenibles e igual de seguras.
Algunas otras recomendaciones que ofrece este estudio son:
Fortalecer la coordinación entre donantes mundiales de salud, logística, actores de prevención y control de infecciones, residuos sanitarios y medio ambiente.
Apoyar el cambio de comportamiento lejos del uso único y el uso excesivo de equipos de protección personal, a un uso apropiado y reutilizable, cuando sea posible.
Promover e invertir en EPIs más sostenibles desde el punto de vista medioambiental.
Actualizar, implementar y regular estándares de residuos sanitarios y prácticas sostenibles.
Invertir en la gestión segura de los desechos sanitarios y la higiene de las manos, como parte de una prevención y un control de infecciones más amplios.
Desarrollar, implementar y financiar una estrategia de mejora para la higiene de manos para reducir el uso innecesario de guantes.
Incluir la gestión de residuos en los presupuestos de salud e invertir en el mercado del reciclaje en los diferentes países para integrar unas prácticas de gestión de desechos más adecuadas.
Supervisar e informar periódicamente sobre las prácticas de residuos sanitarios.
Fomentar las opciones más sostenibles y seguras para los equipos de protección personal dentro y fuera de la atención de la salud.
Mejorar la formación, la tutoría y las inversiones para una seguridad y sostenibilidad en la gestión de residuos para los trabajadores de residuos.
Mejorar progresivamente la sostenibilidad medioambiental de las tecnologías de tratamiento de residuos.
Si hay algo que el Covid-19 haya golpeado con mayor fuerza que nuestra moral es el sistema en el que cohabitamos y desde el que se dispone todo el entramado social del que formamos parte -con mayor o menor agrado- pero parte, al fin y al cabo. Ante esto existen dos actitudes posibles: resignarnos y rendirnos a lo que venga o tratar de asimilar lo ocurrido (dándonos primero el tiempo y cuidados que necesitemos) y avanzar hacia alternativas más alentadoras.
Esta segunda postura, para quienes pensamos que otra forma de vivir(nos) es posible, nos ayuda a dibujar en nuestro horizonte quimérico algunos trazos con forma de esperanza a los que debemos aferrarnos para, entre todxs, aprovechar a esbozar en la materialidad un nuevo mundo postpandémico alejado del virus más mortífero que conocemos: el capitalismo.
La pandemia ha situado en el punto de mira popular una conocida problemática que ahora, con esta crisis, se ha vuelto todavía más evidente: el sistema por el cual nos regimos en la mayor parte del mundo, el llamado capitalismo neoliberal, no es solo infinitamente injusto y desigual, sino que es insostenible, y creer en su propia autoregularización, siguiendo la lógica ficcional de la autorregulación del mercado -que nunca ha fluctuado libre, siendo que en la posguerra estuvo controlado por los estados y en los últimos 50 años por los oligopolios- es una falacia global de proporciones colosales que nos conduce, como borregos frente al matadero, a crisis como las que estamos experimentando.
Este virus no solo ha puesto en serio riesgo la salud de una buena parte de la humanidad, también la de este ente de orden social, político y económico en progresiva decadencia desde hace tiempo y que ahora agoniza por su incapacidad de hacer frente a una situación en la que los pilares sobre los que se asienta -y a través de los que pervierte todo lo que toca-, parecen no solo no ofrecer una solución sino agravar problemáticas ya preexistentes.
A estas alturas de la distópica película que nos ha tocado vivir, la mayoría sabemos que existían numerosas advertencias previas al Covid-19 sobre una amenaza pandémica de carácter viral directamente relacionada con la degradación ambiental. Así lo pronosticaban varios informes del último decenio que alertaban acerca de la inminente aparición de un virus zoonótico, es decir, de los que saltan de animales a humanos. Algunos de estos documentos revelaban predicciones de escalofriante exactitud, como el informe “Global Trends 2025: A Transformed World” presentado por la National Intelligence Council (NIC), organismo dependiente de la CIA que, como recoge Ramonet en una publicación para Le Monde Diplomatique, apuntaba a la potencial “aparición de una enfermedad respiratoria humana nueva, altamente transmisible y virulenta para la cual no existen contramedidas adecuadas, y que se podría convertir en una pandemia global” e incluía otros detalles como que “si surgiera una enfermedad pandémica, probablemente ocurriría en un área marcada por una alta densidad de población y una estrecha asociación entre humanos y animales, como muchas áreas del sur de China y del sudeste de Asia, donde no están reguladas las prácticas de cría de animales silvestres lo cual podría permitir que un virus mute y provoque una enfermedad zoonótica potencialmente pandémica…”. Entonces, si existía una amenaza evidente y se había señalado en reiteradas ocasiones ante los gobiernos y la sociedad internacional, especialmente por la comunidad científica, ¿por qué no establecieron medidas preventivas? Por dos motivos radicalmente interconectados, el primero es que decidieron no invertir recursos en algo que, por el momento, en sus mandatos no estaba ocurriendo; el segundo motivo es el que da pie precisamente a la lógica mezquina que rige al primero, la capitalización y el pensamiento mercantil aplicado a todos los ámbitos, incluido a la vida.
El éxito en la expansión global de un pensamiento basado en la lógica mercantilista responde a la consecución de varios factores, pero existe una triada clave que autores como Maurizio Lazzarato señalan: la concentración del poder y la producción (monopolios y oligopolios); la financiarización de la economía mundial; y la globalización como forma de imponer un neocolonialismo subyugante y sistémicamente desigual.
Para entender mejor las implicaciones que esto tiene a todos los niveles y su interrelación con la actual crisis, cabe apuntar que el gasto público del Estado de bienestar (como los gastos sanitarios), los salarios y las pensiones, están ahora indexados al equilibrio financiero y este a su vez depende de la influencia que ejercen los oligopolios y monopolios que -como ya conocemos por experiencia de crisis anteriores- no tienen como prioridad asegurar el bienestar social, ni siquiera el empleo o la productividad, sino su propia rentabilidad. Por lo tanto, el supuesto Estado de bienestar, para poder ser garantizado, debe adaptarse (generalmente a la baja) a las necesidades de los mercados. Este mecanismo ha deteriorado estrepitosamente, como no podía ser de otra forma, el sistema público, en especial en lo que se refiere al sistema sanitario y su capacidad de hacer frente a las emergencias.
Además, mientras que desde la economía financiera se adjudicaban cada vez mayor parte de los beneficios empresariales, muchos trabajadores de la economía real, que se dedican a producir bienes y servicios tangibles y necesarios, no solo han sufrido durante años casi una congelación en sus salarios y una constante incertidumbre laboral, sino que la importancia que como sociedad le hemos dado a dichas labores ha ido en constante detrimento. Irónicamente, en esta crisis hemos visto cómo muchos de esos trabajos son tan fundamentales que han sido recalificados como esenciales y, quienes los realizan, junto con el personal sanitario, están poniendo en riesgo su propia salud mientras que los demás nos resguardamos del contagio en nuestras casas.
Si esta crisis socio-sanitaria está sirviendo para algo positivo es para que colectivamente nos paremos a reflexionar en torno a una serie de cuestiones urgentes como cuáles son las actividades sociales y económicas más importantes, cuál debería ser el papel del estado en dicho escenario, cuál será nuestra responsabilidad y propósito respecto al mundo en el que vivimos, las implicaciones medioambientales y sociales que nuestro modo de vida conlleva y, por encima de todo, cómo podemos desechar, de una vez por todas, el depredador modelo global de “crecimiento y desarrollo”.
Un modelo que para su sostenimiento, entre otras cosas, devasta ferozmente la naturaleza y la biodiversidad, lo que nos acerca cada día más al desastre climático y ecológico y genera terribles impactos y desequilibrios ambientales y sociales como esta pandemia; establece una falsa dicotomía entre salud y desarrollo económico; presiona y deteriora paulatinamente sectores públicos básicos como la salud, la educación o la ciencia; favorece la precarización laboral y el incremento del desempleo; promueve la feminización y no remuneración de sectores laborales fundamentales, lo que a su vez ha motivado la profunda crisis de los cuidados en la que estamos inmersos… y un largo etcétera.
No podemos seguir hablando y actuando en términos vinculados a la búsqueda de un constante crecimiento económico a cualquier precio, no podemos seguir pensando que el único mundo imaginable y posible viene de la mano del término “desarrollo” si ese desarrollo significa perpetuar un mecanismo basado en seguir haciendo crecer la economía a costa del planeta y de las personas que lo habitamos.
La crisis actual es también una crisis cultural e ideológica, de valores y prioridades. Pero es igualmente una oportunidad para fomentar precisamente algunos de los valores más positivos latentes en la humanidad como la solidaridad o el cuidado mutuo, claves para la transformación que necesitamos. Esta inestabilidad en la que nos movemos puede ser precisamente la que nos abra el camino para corregir el rumbo. Como bien anunciaba el filósofo Byung-Chul Han: “El virus no vencerá al capitalismo. […] Somos nosotros, personas dotadas de razón, quienes tenemos que repensar y restringir radicalmente el capitalismo destructivo”.
Urge confeccionar proyectos que encaminen a nuestra sociedad hacia la igualdad, la gobernabilidad social y la transición ecológica, incluso hacia el decrecimiento y la resolución de la crisis climática, hacia una nueva relación de respeto y empatía con la naturaleza y con todos los seres que coexistimos en este planeta. Para ello, precisamos de estrategias que apunten en muchas direcciones, pero bajo una perspectiva común. Además de presionar a los poderes públicos, también podemos y debemos actuar desde abajo, desde la acción ciudadana, tratando de crear sinergias entre la sociedad civil y los gobiernos. En este sentido, existen infinidad de iniciativas posibles como el tejer redes colectivas en los barrios y comunidades donde vivimos e implicarnos en causas sociales y medioambientales a través del voluntariado.
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